Esposa

Charo González García

María del rosario González García nació en La Bañeza el 9 de diciembre de 1931. Fue la segunda de los cinco hijos de Gonzalo y Margarita, conocidos y apreciados labradores y ganaderos de la ciudad.
Rosario, como cariñosamente le llamaban, era una niña encantadora, estudiante del Colegio de las Hnas. Carmelitas, alumna ejemplar y muy querida tanto por las compañeras como por las profesoras por su carácter generoso, alegre y complaciente, razón por la cual siempre estaba rodeada de amigas.
En la etapa juvenil, como en el resto de su vida, siente un gran cariño e interés por los niños, por lo que decide hacerse catequista para enseñarle oraciones y poesías con una pedagogía alegre y motivadora.
El 26 de agosto de 1957 contrae matrimonio con el único y gran amor de su vida, Conrado Blanco González, con el que compartirá alegrías y tristezas durante más de cincuenta años, y convirtiéndose en su fiel e inseparable asesora y secretaria.
Los primeros años de matrimonio los pasaron en la confitería, alternando equilibradamente su actividad como confiteros con la cultural e investigadora, faceta en la que Charo supuso un primordial apoyo para su marido. A principio de los años setenta dejan el negocio para dedicarse plenamente a la actividad literaria y de investigación histórica, momento en el que Charo se convirtió en su secretaria, ayudante y consejera. Juntos, pasan los inviernos en Madrid visitando archivos y bibliotecas. Descubren verdaderas joyas de la historia de la ciudad, como es el Real Arancel de 1501 dado por los Reyes Católicos a la entonces villa de La Bañeza.
En este matrimonio ejemplar se cumple el dicho: “detrás de todo gran hombre, siempre hay una gran mujer”, pues Charo fue esa gran mujer que apoyaba, acompañaba y ayudaba en todas las tareas que realizaba su marido, disfrutando, a la vez, de cada uno de los hallazgos importantes. Animó a su marido para la creación del premio de poesía Conrado Blanco León, para la publicación del poemario “Melindres poéticos y literarios” así como la elaboración y edición de la colección “Capiteles para la Historia Bañezana”.
Colaboró activamente en actividades y viajes con Cronistas, Amigos de los Castillos, Belenistas, Amigos de la Historia Bañezana, Monte Urba a los que acompañó en su primera peregrinación a Santiago de Compostela. Asistió a congresos, conferencias, charlas, exposiciones…
Participó en numerosos acontecimientos, como han sido el pantano del Duerna, la concesión del IES de La Bañeza, creación del Milenario de El Salvador, homenaje a Juan de Ferrreras realizado en Madrid y que resultó brillantísimo gracias a Charo, pues ella, con sus razonadas y adecuadas observaciones, convenció a doña Esperanza Aguirre, entonces Concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, para llevar a cabo todas sus propuestas.
En todas y cada una de sus actuaciones quedaba de manifiesto su gran amor por La Bañeza y todo lo bañezano.
El día 8 de febrero de 2008, día en que la Cofradía de Santa Águeda celebraba el último día del Triduo, Charo, esencialmente buena y poseedora de una gran fe, participó en la misa y en la comunión para disfrutar, a continuación, de la merienda con todas las cofrades. Al regresar a casa se sintió mal y falleció, silenciosamente, minutos más tarde, sin que la unidad del 112 pudiera hacer nada para evitarlo. Su rostro expresaba paz, serenidad, como si quisiera transmitir felicidad y gratitud al gozar de la bondad infinita del Creador.
Para recordar y rendir homenaje  a esta mujer entrañable, su esposo ha publicado “El Recuerdo”, monográfico de veinte pintores leoneses, fruto de una exposición de pinturas referidas a Charo.
Pasados pocos meses de su fallecimiento, Conrado creó el premio nacional de poesía Charo González que posteriormente llevaría a la creación de la colección Charín de poesía infantil y la revista Charín, también de literatura infantil y juvenil, dirigidas por Camino Ochoa, y con edición anual al igual que el premio.
La Fundación Conrado Blanco cumpliendo los fines de sus estatutos, se encargará de perpetuar el premio creado en su memoria, para fomentar entre niños y jóvenes el amor por la literatura y en especial por la poesía.
Una muestra más del cariño que su esposo profesaba a Charo, ha sido la donación al Ayuntamiento de La Bañeza de 28.000 metros cuadrados de terreno en una hermosa y céntrica zona situada en la vega del río Tuerto, para la construcción de un parque de recreo que lleva el nombre de Charo González, donde muchas generaciones de adultos y niños disfrutarán bajo la cálida e invisible mirada de esta persona ejemplar.